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Noé Duchaufour-Lawrance
Noé Duchaufour-Lawrance. Diseñador de objetos, mobiliario e interiores.
Noé Duchaufour-Lawrance (1974, Bretaña, Francia) es uno de los diseñadores más cotizados y prolíficos de la escena actual parisina.
Los intereses artísticos de Noé Duchaufour-Lawrance se desarrollaron a una edad muy temprana, seguramente por haber crecido en un ambiente muy creativo potenciado por su padre lingüista y escultor, una madre profesora de artes plásticas, y un paisaje de dunas y mar que impregnó su imaginario creativo y que transformaría años después en objetos.
Formado primero como escultor, pronto la idea de influir en las emociones de otros a través de la creación de formas útiles se convirtió en el camino evidente para alguien que amaba tanto la belleza y la armonía como la funcionalidad y la responsabilidad social.
Sus años de formación van de 1992 a 1997. Después de obtener una licenciatura en Escultura de Metal (DMA) por la École Nationale Supérieure des Arts Appliqués et Métiers d’Art de París, Noé Duchaufour-Lawrance estudió Diseño de mobiliario en la renombrada escuela Les Arts Décoratifs (Escuela Nacional de Artes Decorativas) de París.
Noé Duchaufour-Lawrance empezó a destacar mostrando muy pronto una estética inusual, empezando por el restaurante Sketch en Soho (Londres).
En 2002, Noé Duchaufour Lawrance fue director artístico de este restaurante. Su interiorismo audaz y futurista llamó la atención de todo el mundo y pronto lo convirtió en uno de los lugares de moda de la ciudad.
Duchaufour-Lawrance complementó los históricos paneles de madera de Majorelle con mesas luminosas y espejos grabados que daban un toque contemporáneo de diseño a los interiores Art Nouveau.
Al año siguiente, en 2003, Noé Duchaufour-Lawrance creó el Estudio creativo Neonata que funcionaba como un «think tank» y un laboratorio de investigación.
El equipo de Neonata, bajo la dirección de Duchaufour-Lawrance, creó diseños y proyectos de arquitectura de interior que planteaban -en cada proyecto- una oportunidad para definirse con una cualidad estética propia, diseñando objetos y espacios armoniosos que establecían un vínculo emocional con la naturaleza. Una mirada personal que añade un plus de escultura a los sencillos paradigmas del diseño nórdico.
Sus propuestas nacen de su admiración por el diseño escandinavo y ponen en perspectiva la idea de una naturaleza cercana, cálida y sensible. La naturaleza como fenómeno factible para imitar y recrearse.
Los grandes editores comenzaron a confiar en su estética, que gira una y otra vez en torno al vínculo emocional entre la naturaleza y lo urbano.
En este sentido, cuentan con el respaldo de firmas como Tacchini; Baccarat; Ligne Roset; Cinna; Ceccotti Collezioni, o Bernhardt Desing, el editor de mobiliario que lo introdujo en el mercado norteamericano con la reconocida silla «Corvo«, uno de sus mejores trabajos en madera.
También grandes marcas internacionales han apelado a su “estilo vegetal” para renovar su imagen.
Para Noé Duchaufour-Lawrance un buen proyecto es un buen equipo, un buen cliente y un buen presupuesto, pero sobre todo es un buen diálogo con los artesanos, la visita a las fábricas o el olor a la madera en las carpinterías.
“Me gusta tomarme mi tiempo, conectar con la gente. La manera en que se trabaja es importante. Durante mi colaboración con Cecotti traté de que todos los que formaban parte de la compañía tocaran los muebles, tuvieran una relación con los objetos y expresaran lo que sentían”.
Los objetos-escultura de este diseñador francés, cuya mezcla de volúmenes resultaría excesiva a ojos de un buen minimalista, tienen como aliados la fluidez y la curva. Son formas y texturas que nacen de la observación de la naturaleza y que evocan sus efectos y fenómenos.
Un discurso casi intuitivo, y un lenguaje que exprime las relaciones del cuerpo humano con la naturaleza a través de objetos orgánicos y sensuales. Podría decirse que Duchaufour se mueve entre las exuberancias barrocas de Philippe Starck y el silencio elocuente de los hermanos Ronan y Erwan Bouroullec.
Diseñador y arquitecto de interiores, Noé Duchaufour-Lawrance definió su propia estética con una doble pasión por el material y por la forma, utilizando formas que son fluidas y flexibles, suaves y orgánicas -que recuerdan a las formas de la naturaleza- pero al mismo tiempo perfectamente estructuradas.
Lo que más le gusta de su oficio es el tiempo de desarrollo de una idea. “El tiempo del proceso es una incógnita, pero es uno de los momentos más fascinantes, aunque vivo ansioso por ver el final: siempre hay sorpresas, cosas que no esperabas ya sean malentendidos o, por el contrario, detalles maravillosos que mejoran el resultado”.
Sus numerosos proyectos siempre se distinguen por un diseño orgánico, sensual y escultural, donde las formas y los colores se contraponen y se mezclan perfectamente marcando su acercamiento al lujo.
2007 es un año clave para Noé, fue designado como «Diseñador del Año«por Maison & Objet; diseñó los nuevos interiores del Bar Maya en Mónaco; rejuveneció la famosa Maison Sénéquier en St Tropez, y los salones de Air France Business Class Lounge en el aeropuerto de Tokio.
Posteriormente, en 2010, comenzó a diseñar conceptos de venta al por menor para clientes, como Yves Saint Laurent Beauté, o Carolina Herrera.
Su enfoque único le ha llevado a concebir objetos excepcionales que se han presentado en la galería Pierre Berger en Bruselas y en la Galería BSL de París -23, rue Charlot.
Las piezas únicas «Marée noire au clair de lune» (2008) para Pierre Bergé Gallery, están realizadas en corian y sugieren las ondulaciones de las olas y, según el diseñador, “nacieron de una reflexión sobre la belleza de la creación y la oscuridad de sus consecuencias”.
La sugerente serie «Naturoscopie» (2012) para la Galería BSL, es una interpretación de la estructura fundamental de la vida: una serie de vasos comunicantes que cobran forma a través de distintas ramificaciones. Para esta serie numerada se ha apostado por la fibra de carbono, el aluminio y el cobre pintados con un barniz suave al tacto.
En 2012, su éxito creciente le supuso nuevas comisiones de interiores, incluyendo Le Ciel de París, en el piso 56 de la Torre Montparnasse, y Megu, un restaurante japonés en el Grand Hotel Alpina en Gstaad (Suiza).
También en 2012, en colaboración con Brand Image, creó la nueva identidad visual y arquitectónica de los salones de Business Class Lounge-Roissy de Air France, Aeropuerto de París-Charles de Gaulle Terminal S4.
El sello Duchaufour-Lawrance se manifiesta en esta sala VIP concebida como un paisaje de árboles y hojas donde se invita al viajero a relajarse y descansar. “Todos estos espacios en los aeropuertos son impersonales”, dice Duchaufour, “por eso queríamos ofrecer un área agradable y alejarnos de esa idea fría del no-lugar”.
En 2013 completó el comedor privado para Chateau d’Yquem en el hotel parisino Le Meurice, y un chalet en St Martin de Belleville.
También en 2013 participó en eventos de prestigio como la exposición AD Interiors en el Museo de las Artes Decorativas y, más recientemente, en la exposición de colecciones AD, también en París.
En 2015 Montblanc confió a Noé Duchaufour-Lawrance el cambio de imagen y la re-estructuración de sus 500 boutiques en todo el mundo, empezando por su buque insignia en la ciudad de Hamburgo.
Algunos de sus logros también incluyen éxitos internacionales como «Rémanence«, un candelabro diseñado para Baccarat; o la creación en 2008 de la fragancia para hombre «1 Million«, en forma de barra de oro para Paco Rabanne, y después en 2010 del nuevo perfume para mujer «Lady Million«.
Duchaufour-Lawrance tiene muchos productos diseñados para empresas líderes como la cama «Buenanotte Valentina» para Ceccotti Collezioni; la silla «Raíces«, o la consola «Luna«.
La exitosa colección de silla, escritorio y cómoda «Manta» (2006), que con solo 20 piezas es una de sus piezas más aplaudidas y para muchos supone una reinvención del Art Nouveau, explora el material (la madera) con una elegante mezcla de líneas ramificadas y curvas entrelazadas para ofrecer al usuario un ambiente de movimiento y sinuosidad.
La mesa pedestal «Obi«, también para Ceccotti, (2007) de trazo delicado y sencillo, y «Omaggio» (2011), que es el homenaje de geometrías inesperadas que Duchaufour-Lawrance rinde al maestro italiano Carlo Molino, a quien admira por su capacidad de suprimir las barreras entre disciplinas y por su enfoque emocional hacia el material y la función.
Longchamp: «Landscape» (2008), un escritorio de oficina elegante y singular con superficies trabajadas como un paisaje de dunas o una ciudad en el horizonte vista en perspectiva.
Zanotta Edizioni: la consola «Dessouschic«; la silla «Derby» (2009), hermana de «Calla» y de «Nuvola«, es para el disfrute hedonista. Sus costuras, sus formas y el tapizado de cuero se inspiran directamente en el universo masculino de las sillas de montar.
Las premiadas colecciones de muebles para Bernhardt Design: la silla «Corvo» (2010), es un ejemplo de precisión y detalle artesanal, y uno de los trabajos más premiados del estudio de Duchaufour-Lawrance. Hecha totalmente a mano, Duchaufour considera esta silla como una proeza técnica que reúne diferentes grosores de madera para obtener la tensión y la ergonomía apropiadas.
Fasem: la colección «Airlux Club» (2011) que reformula el arquetipo de la silla de cuero tradicional otorgando a su trazo aire y ligereza. Duchaufour propone conservar la comodidad de un sillón clásico, pero mediante un diseño etéreo y fluido.
Chevalier Edition: la alfombra «Plis» (2011) diseñada como un espacio de vida en el suelo. “El mueble y el objeto deben estar conectados con el cuerpo, con lo que eres”. Una estructura de corian adaptable y forrada de lana tejida a mano.
La Chance: el dinámico sofá «Borghese» (2012) inspirado en los pinos de Villa Borghese, en Roma. La estructura de metal reproduce la frondosidad del bosque y sostiene el cojín del respaldo creando un confortable y simpático paisaje.
Noé Duchaufour-Lawrance no desea simplemente producir objetos o ser funcional… Duchaufour-Lawrance ve cada proyecto como parte de un escenario propio, un lugar donde las curvas y las rectas, la sensualidad y el rigor interactúan combinándose de forma propicia para crear significados únicos.
Con su querencia innata por el arte contemporáneo, su saber hacer se basa no sólo en el carácter universal de la naturaleza para imponer formas, sino que cree en la idea de un arte total y multidisciplinar, vital para la creación contemporánea.
“No puedo negar la influencia de lo que ocurre en la ciudad, lo que me pasa al ir a un museo o al mirar una fotografía, pero cuando observo un trabajo de Anish Kapoor sé que su gran inteligencia es saber traducir en imágenes potentes la emoción de la naturaleza. Mi mirada quiere ser similar”, reconoce Noé Duchaufour-Lawrance.
En una entrevista para AD Architectural Digest, Duchaufour-Lawrance declara que no le interesan las modas, y que entre sus arquitectos favoritos estan Studio KO; Eero Saarinen; John Pawson; SANAA; Toyo Ito y Tadao Ando, y los diseñadores son Carlo Mollino; Jean-Marie Massaud; Pierre Paulin y Nendo.
Noé Duchaufour-Lawrance, con el fin de dar vida a los objetos y los espacios que diseña, ve cada proyecto como una forma orgánica que crecerá con su usuario a través del tiempo, casi como un elemento natural que puede desafiar el orden o el desorden humano.
Sus impulsos creativos lo han llevado a iniciar una colaboración con el taller Neal Feay en los Estados Unidos, pero sobre todo con dos antiguas fábricas reales francesas: Mobilier National y la Manufacture de Sèvres, combinando su visión contemporánea del diseño con las técnicas y habilidades de los maestros artesanos, utilizadas desde el siglo XVIII.
Noé Duchaufour-Lawrance ha sido incluido en muchas exposiciones de diseño internacional y su trabajo de edición limitada ha sido presentado en Art Basel y Design Miami.
En 2016 por ejemplo, celebró la exposición individual, «Carta blanca» en la Galerie des Gobelins (París); expuso la mesa «Kinetic» en la exposición colectiva «Diseño @ Farnesio«, en el Palazzo Farnese de Roma, y una exposición individual en el Festival de Diseño de París por invitación de la Manufactura de Sèvres, Galería Sèvres, París.
El enfoque de su práctica ha sido aclamado por la prensa francesa e internacional y ha recibido numerosos premios como el prestigioso Premio Maison & Objets Créateur de l’Année 2007; el Premio de Diseño Internacional Elle Decoration y el Premio de Diseño Wallpaper en 2009 por la cama «Buonanotte Valentina» (Cecotti Collezioni).
En 2010 recibió el Gold Award Neocon por la silla «Corvo«, que volvería a ser premiada con el prestigioso premio Red Dot Design al Mejor Producto en su edición de 2011; el premio Janus 2014 de negocios por los salones para Air France y el GQ Best Designer; la Via Label 2015, y el NeoCon Silver Award 2016 por su colección «Modern Family» de Bernhardt Design.
Alguno de sus últimos proyectos son: un espacio E-Lounge (2016), ubicado dentro de una propiedad para su uso como oficinas #Cloud (París); diseño de los pabellones 7 y 8 para Maison & Objet 2017, Paris-Nord Villepi; desarrollo de un apartamento privado (2017) en el Soho de Nueva York, en colaboración con los arquitectos Selldorf.
La lámpara de mesa «Kundalini» para Euroluce (Milán, abril de 2017); una lámpara de mesa para Dior Casa; la creación de muebles y accesorios para el editor ZAOZUO, y la «Folia» Collection (2017) para Saint-Louis Glass manufacturer (vajilla, lámparas y muebles).
Sus propuestas, meticulosamente artesanales, combinan y exploran el uso y las posibilidades de recursos naturales como la madera, el mármol o el corcho, pero Duchaufour-Lawrance no ignora los nuevos materiales como la fibra de carbono, el acero inoxidable, el epoxiglás o el corian.
“No voy corriendo detrás de las nuevas tecnologías y los nuevos productos, solo de aquellos que me sirven para lo que tengo entre manos. Además, trato de no enmascarar sus cualidades. Lo industrial también tiene su atractivo”.
Para él lo sostenible es lo que dura en el tiempo. “Mi objetivo no es decir sí a la sostenibilidad a toda costa. Si uso resina para hacer mesas, es porque es lo más adecuado para ese proyecto. Algo es sostenible en la medida en que es duradero”.
Noé Duchaufour-Lawrance, que no quiere ser una marca sino una identidad, es un hacedor de relatos emocionales. “Pase lo que pase en el mundo, necesitamos poesía. Necesitamos sentimientos, objetos y espacios que conecten y nos conecten”.
En ese camino ha aprendido a estar al servicio de los intereses y condicionantes del cliente, pero también a ser libre con lo que nace de sus ideas.
“No tengo certezas, tengo muchas dudas. Constantemente me pregunto: ¿soy bueno?, ¿lo que hago es bueno?, ¿hago exactamente lo que quiero hacer? Pero al mismo tiempo estoy seguro de adónde quiero ir. Mi preocupación hoy es pensar muy bien qué hacer, qué producir, cuál es la legitimidad del proyecto y cómo lo puedo compartir con los demás”.
Noé Duchaufour-Lawrance (pág. web).
Fuente : Room
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