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Jorge Pardo
Jorge Pardo. Artista plástico y diseñador de mobiliario.
Jorge Pardo (1963, La Habana, Cuba) es un artista plástico que a la edad de 6 años se mudó con su familia a la ciudad de Chicago, donde su padre trabajaba en una fábrica de productos básicos y su madre era contable.
Inicialmente asistió a la Universidad de Illinois (Chicago) para estudiar biología, pero después de tomar algunos cursos de pintura por afición, un profesor lo alentó a cambiar de dirección y terminó graduándose como Bachelor of Fine Arts (BFA) en el Art Center College of Design de Pasadena (California).
Allí fue alumno de Stephen Prina (1954, Illinois) 1954) un artista estadounidense cuya obra ha sido categorizada como post-conceptualista y Mike Kelley (1954, Michigan – 2012, South Pasadena) uno de los artistas estadounidenses más influyentes del último cuarto de siglo XX.
Desde 2013 -después de haber vivido 45 años en Estados Unidos- Jorge Pardo vive y trabaja en la ciudad mejicana de Mérida.
Al igual que otros creadores, como por ejemplo el arquitecto Frank Lloyd Wright, el artista Jorge Pardo se ha dedicado a crear tanto obras individuales como entornos de vida completos.
La práctica de Pardo es la escultura y las instalaciones artísticas, pero éstas traspasan los límites del arte contemporáneo para relacionarse con otras disciplinas como la arquitectura y el diseño. Le gusta plantearse la arquitectura «como un objeto para la escultura«.
Empleando una amplia paleta de colores vibrantes, patrones eléctricos y materiales naturales e industriales, la obra de Pardo explora la intersección de la pintura contemporánea, el diseño, la escultura y la arquitectura.
Su trabajo abarca desde escalas pequeñas como collages a fabricaciones monumentales, desde murales hasta muebles para el hogar, teniendo en cuenta además que evolucionó desde unas esculturas minimalistas iniciales hasta la culminación actual de su trabajo arquitectónico a gran escala.
Jorge Pardo utiliza en su trabajo una amplia gama de medios para re-visitar la estética moderna y ponerla bajo una nueva sensibilidad que mezcla al mismo tiempo tradicionalismo y radicalidad.
Su pasión por el color, los materiales, las formas y las texturas se transforma en instalaciones que cuestionan la noción de espacio y de utilidad pública.
Para ello, utiliza elementos arquitectónicos tales como paredes, iluminación y soluciones de movilidad que se combinan con otros elementos artísticos como murales y cristales de colores, consiguiendo así crear sus conocidas esculturas aerodinámicas además de espacios elegantes y muy refinados.
Algunos de sus trabajos responden además al interés del artista por renovar espacios poco confortables mediante soluciones arquitectónicas muy sutiles, confiriéndoles así unidad y armonía.
A menudo transforma objetos cotidianos en obras de arte con múltiples significados y propósitos, como sucede con un conjunto de luces que aparecen a la vez como fuente de iluminación y como esculturas; o con un velero expuesto tanto como un buque que podría ser fletado o como un obelisco llamativo.
Jorge Pardo también trata los espacios públicos como grandes lienzos, e involucra a los espectadores con obras que producen un gran placer y disfrute visual, al tiempo que les incita a cuestionar la distinción entre las bellas artes y el diseño.
Ha realizado varias exposiciones individuales en la galería Gisela Capitain, la galería Neugerriemschneider y el museo K21 Kunstsammlung, Nordhein-Westfalen (todos estos espacios en Alemania).
El Museo Irlandés de Arte Moderno (Irlanda); en el Museo de Arte Contemporáneo del Condado de Los Ángeles (LACMA); la Petzel Gallery; la Gagosian Gallery y el Museo de Arte Contemporáneo de North Miami (todos en Estados Unidos).
Asimismo, el trabajo de Pardo ha formado parte de numerosas colecciones públicas en entidades como el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) y la Tate Modern de Londres.
En 2014 creó una instalación -un proyecto muy ambicioso y monumental que al menos se mantendrá durante 10 años- que busca repensar la instalación museográfica y poner de relieve la colección de capiteles románicos del S.XII del Museo de los Agustinos de Toulousse, «la colección más grande del mundo en su género«.
También aquí su trabajo tiene que ver mucho con la luz y el espacio. «Es como tratar de controlar y manipular el ambiente. Hicimos columnas, otras las movimos un poco, las reposicionamos, las pintamos«.
Además creó luces específicas para cada capitel para diferenciarlos según sus lugares de origen y con la aspiración de inventar «un nuevo concepto» que asocie el patrimonio local con el arte de hoy.
En 2015, la David Gill Gallery organizó una exhibición del nuevo trabajo -hasta ese momento- de Jorge Pardo, que fue su primera exposición individual con la galería y la primera en Londres desde hacía siete años.
En la muestra «Meretricious» Jorge Pardo combinaba la belleza abstracta con la profundidad provocativa.
La muestra «Meretricious» (2015) en la David Gill Gallery presentaba una instalación surrealista de doce espejos de pared con marcos escultóricos que invocaban a los críticos y escritores favoritos y actuales del artista.
Junto a los espejos había una serie de armarios y mesas con motivos decorativos, que eran retratos del artista y su familia, que hacía que la instalación reverberara con numerosas dimensiones de experiencia.
Pardo declaró: «Pensé que sería interesante si este espectáculo asumiera el papel de una máquina de retratos enrevesada con todas las obras que tienen diferentes formas de retratos«.
«Los espejos son retratos de críticos y escritores, los muebles tienen los retratos de mi familia y las mesas que tenían imágenes mías. Además, algunos de los muebles también colgaban de la pared como pinturas«.
Siempre interesado en explorar las posibilidades estéticas que genera la intersección de la tecnología y la artesanía, Jorge Pardo fue uno de los primeros escultores de su generación en incorporar tecnología avanzada al estudio de arte para expandir exponencialmente su visión.
El resultado es una síntesis exuberante de tecnología y pensamiento, modelados en secuencias y combinaciones coloridas de objetos de reflexión que mejoran la vida.
Los proyectos más ambiciosos de Pardo hasta la fecha son casas concebidas como obras de arte, es decir, entendiendo la casa como una escultura o como arquitectura específica del sitio.
Su primer encargo fue una casa con forma de herradura en Los Ángeles, llamada «4166 Sea View Lane» (1998), iluminada con 110 lámparas de techo de cristal biomorfo sopladas a mano.
Pardo describe «House» (2008) en el centro de Mérida (México) y que es el hogar actual del artista, como «un edificio transformado en una escultura que también es un lugar de residencia«.
«Tecoh» (2012), una finca utópica que mezcla la cultura maya con un diseño ultramoderno, es una extensa serie de nuevos edificios diseñados para coleccionistas que han sido construidos sobre las ruinas de una hacienda del siglo XVII en Yucatán.
Jorge Pardo instaló sus exuberantes superficies llenas de azulejos y lámparas de techo en toda la propiedad, que incluye varias casas para huéspedes hechas con paredes de adobe y con techos hechos de palmeras nativas tradicionales y descritas por Pardo como «arquitectura sin programa«.
«Tecoh» combina las técnicas tradicionales y las habilidades de los artesanos locales, altamente capacitados, con las infinitas posibilidades de la tecnología informática.
El encargo de la serie de espejos de pared, mesas y gabinetes, fabricados en su estudio en Mérida para la Galería David Gill, sigue el lenguaje barroco maya de «Tecoh«.
Este «Salón de los Espejos» refleja grupos de personas como si multiplicaran sus rituales cotidianos. Cada espejo ovalado está enmarcado con una constelación de doce escritores y pensadores, incluidos el crítico de arte e historiador estadounidense Hal Foster (1955).
El crítico y curador de arte Hans-Ulrich Obrist (1968); el crítico de comida y música estadounidense Jonathan Gold (1960 – 2018) y el influyente crítico de arte estadounidense, muy relacionado con el movimiento abstracto en los Estados Unidos, Clement Greenberg (1909- 1994).
Cortado con un Router CNC -que es una herramienta que sirve para cortar madera y otra serie de materiales blandos como acrílico, mdf, aluminio, latón, bronce, lámina de acero, etc.- crea un patrón abstracto con una serie de líneas concéntricas partiendo de una sección transversal de la cabeza de cada personaje.
«Los patrones son aleatorios”, dice Jorge Pardo. “Cuando trabajo con patrones y colores, mi interés es la densidad de la irregularidad. Es un sistema simple que realmente no forma parte de un sistema específico predeterminado«.
Jorge Pardo (pág. web).
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